En la actualidad existe un mercado muy amplio en lo que a construcción de vivienda se refiere. Tantas opciones como diferentes tipos de consumidor existen. Desde las construcciones tradicionales, pasando por las viviendas prefabricadas y terminando, si se quiere, en la vivienda pasiva o passive house. Estas últimas van a ser objeto de este artículo.
¿Qué es una casa pasiva o passivhaus?
Una vivienda pasiva o passiv huse es básicamente una edificación que tiene como primera premisa ser altamente eficiente energéticamente hablando. Como muchos sabréis existe un problema fundamental coetáneo a cualquier civilización de la historia, y no es otro que el problema de la energía. La energía es el motor de la historia, y especialmente ahora que vivimos inmersos en un mundo altamente tecnificado. Esta deriva del progreso nos ha llevado también a poner sobre el tapete problemas que si bien ahora no son preocupantes empiezan a ser incipientes: el agotamiento de los recursos. Casi la totalidad de la energía que producimos necesita de recursos materiales para producirla, y estos son por definición finitos. La eficiencia se de por hecho en la extracción y transformación, pero no en el aprovechamiento, y es por esto que desde los años 80 se ha popularizado este tipo de vivienda enfocado a la eficiencia, logrando reducir el impacto ecológico hasta un 90% en relación a una vivienda tradicional.
Todo nace de La casa pasiva: Clima y ahorro energético por el Instituto de Arquitectura de Estados Unidos, un libro publicado en los años 80. El arquitecto Edward Mazria fue pionero en esto de la casa altamente eficiente. Su idea orbita básicamente en torno al concepto de pasividad. Es decir, un sistema que sea capaz de aprovechar las fuentes de energía renovables atendiendo a las características específicas de su entorno, ósea, nutrirse de su entorno, minimizando así el gasto y obteniendo un impacto ecológico totalmente desdeñable. El fin último es la optimización máxima de los recursos disponibles.
En el año 1991, Alemania, convierte esta idea en un estándar homologable. Crean todo un sistema de certificaciones -emitido por el Passivhaus Institut alemán- que sirve de referencia a arquitectos y constructores con el fin de hacer extensible esta idea a todo el mundo bajo unos criterios unificados. Además, no sólo debemos considerar el ahorro a largo plazo y la simbiosis de nuestra vivienda con el entorno, por si todo esto fuera poco, estos sistemas revierten en un beneficio para nuestra salud.
¿Cómo funciona una casa pasiva?
El funcionamiento de una casa pasiva o vivienda biopasiva -estas además están construidas con materiales nobles que han sido manufacturados siguiendo unas pautas ecológicas muy estrictas- tiene que ver con algunos principios básicos de eficiencia energética harto conocidos. En primer lugar todo debe edificarse sobre un sistema de aislamiento eficaz y pasivo, de baja transmitancia, logrando que el frío no consiga atravesar el aislante en invierno y evitando que el calor se fugue, y viceversa en la época estival.
A esto, obviamente, hay que sumarle un sistema de ventanas y puertas. Las ventanas deben tener una orientación adecuada para aprovechar al máximo cuando dispongamos de luz solar, así como un sistema que permita repelerla en las horas de más calor del verano, si su ubicación es dada a veranos muy calurosos. Es recomendable que estas sean de triple acristalamiento, cumpliendo así una función aislante muy parecida a la que se pone en muros.
Todo esto se complementa con un fundamento de hermeticidad, es decir, todos estos sistemas deben ser estancos.
Y por último, el sistema estrella y que es muy diferenciador de estas viviendas, es la ventilación mecánica controlada. Se coloca estratégicamente por toda la vivienda una serie de rejillas con ventilación mecánica de alto rendimiento, que nos permite renovar el aire de las estancias sin necesidad de abrir las ventanas con el consecuente gasto energético. Hasta el 80% de la energía presente en nuestra vivienda puede reutilizarse.
Certificaciones passivhaus
Existen una serie de criterios muy concretos y una serie de herramientas medidoras que permiten avalar estos criterios y obtener así la certificación passivhaus que nos asegura una alta eficiencia y un menor impacto ecológico. Más allá de los cinco principios básicos, que podemos enumerar como: aislamiento térmico, ventanas de altas prestaciones, ventilación mecánica, estanqueidad y ausencia de puentes térmicos, debemos considerar otros aspectos fundamentales. Una vivienda diseñada para tener pocas pérdidas energéticas en invierno operará a la inversa en verano sin mayor desembolso, aun así, en el caso de que el calor se cuele en la época estival debemos disponer de algún mecanismo de rápida disipación.
Hay 3 tipos de certificaciones passivhaus Classic, Plus y Premium. Classic carece de generación de energía renovable, es decir, se limita exclusivamente al principio primigenio; la pasividad. mientras que para llegar a Plus debemos generar ≥60 kWh/m2 de energía renovable, mientras que para llegar a la máxima categoría debemos producir ≥120 kWh/m2·a, que es como tres o cuatro veces más del consumo promedio de una vivienda.
Tenemos disponibles aplicativos como Passive House Planning Package que es un programa de cálculo basado en una serie de hojas de Excel. Estos cálculos buscan sustento en varias normas ISO aplicables. Es un programa para modelizar de uso relativamente sencillo.
¿Cuánto cuesta construir una casa pasiva?
Esta pregunta es muy difícil de contestar, realmente entran en juego variables que no se pueden ponderar puesto que tendrán un valor distinto en función de la persona y sus necesidades específicas, así como de su presupuesto y el enclave concreto, puesto que este es definitorio de los requerimientos energéticos específicos. No será lo mismo una zona donde las temperaturas tienen una varianza muy ligera que un sitio donde las temperaturas sean extremas. Es por eso que se calcula que de mínimos, la inversión inicial para una vivienda pasiva es del 25% más que su homóloga tradicional. A esto debemos sumarle los gastos de homologación, que pueden llegar a costar más de 3.000€. Por supuesto no debemos dejar de considerar que la inversión inicial, pese a ser sustancialmente mayor, revertirá en el medio y largo plazo en un ahorro importante en nuestras facturas. La eficiencia gana a largo plazo siempre.
Constructores de casas pasivas
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